martes, 17 de julio de 2012

MUROS MEDIÁTICOS

 

A estas alturas a casi nadie se le escapa que el principal papel de los grandes medios de comunicación de masas es el de imponernos una percepción de la realidad social, política y económica particular e interesada, una conciencia sumisa que comulgue con la voluntad de los amos.


El gran muro mediático nos señala lo que es posible; lo que es aceptable; lo que es inaceptable; lo que es realista; lo que es utópico; lo que es democrático; lo que es totalitario; o lo que es populista. Funciona, en la práctica, como las orejeras de un burro, limitando la visión periférica de sus víctimas para que nada las perturbe en su continuado esfuerzo por tirar del carro a lo largo del camino marcado, pues claro está, no hay otro posible.

Es una herramienta de control blando con un carácter profiláctico: el de evitar que nos intoxiquemos con ideas que no provengan de nuestros amos y dejemos de verles como tales, pues una vez que las orejeras empiezan a fallar, sólo queda ya el recurso al palo.

Su eficacia depende, grosso modo, de tres cuestiones fundamentales que se presentan interrelacionadas:

1)    El control de los grandes canales de comunicación que actúan como referentes para millones de personas.
2)    La mayor o menor capacidad de las audiencias para contrastar la veracidad de los mensajes.
3)    La mayor o menor capacidad de las audiencias para analizar los elementos que componen el discurso mediático y las técnicas de manipulación empleadas.

Si bien es todavía relativamente sencillo para los medios hacernos comulgar con intervenciones militares en el extranjero, bajo pretexto de proteger los derechos humanos, o hacer que nos posicionemos irracionalmente contra ciertos líderes internacionales, como el presidente venezolano, Hugo Chávez, la cada vez mayor disociación entre lo que nos cuentan, el estrecho y empinado camino que nos marcan, y nuestra experiencia cotidiana hace que su descrédito esté cada vez más generalizado.

La incorporación del Sr. Somoano a la dirección de informativos de TVE es, sin duda, un signo de debilidad de nuestros amos, indicativo de las dificultades a las que se enfrentarán en sus esfuerzos por mantenernos en los estrechos confines de este camino hacia ninguna parte.

Se le ha encomendado mantenernos a oscuras y viene dispuesto a cosernos unos gruesos remiendos sobre nuestras desgastadas orejeras. Así, es de suponer que con él, las técnicas de manipulación de la televisión pública estatal se harán más casposas, cutres y obvias, al estilo Telemadrid.

Sin embargo, sería erróneo concluir que, por obra y gracia de esta vulgarización de los procedimientos manipuladores, los actuales contenidos informativos de TVE sean de calidad, pues ésta, en realidad, brilla por su ausencia.

Somoano viene a acabar con la ficción de “independencia y calidad informativa” que se le suponía a Fran Llorente.  Una ficción sustentada, entre otros, por los siguientes factores:

1)    La general degradación de los contenidos informativos. Es común oir, ante las críticas hacia los informativos de TVE, que los de las otras cadenas son peores. Esto es cierto, pero que los otros sean peores no implica que estos sean de calidad. A nadie que vaya a un restaurante y le sirvan un filete podrido se le ocurriría decir que ha comido carne de calidad simplemente porque al tipo que tenía al lado le han servido uno con gusanos. 

2)    La reducción de la política a los dimes y diretes entre los distintos grupos parlamentarios, especialmente PP y PSOE. De este modo se reduce la manipulación política a la manipulación partidista, presentándonos como el cúlmen de la información objetiva lo que no es más que la reproducción acrítica y a contextual de las declaraciones de los líderes de estos grupos. Fuera de este ámbito de equidistancia partidista, cualquier procedimiento manipulador está permitido.
 
La cobertura que nuestra cadena pública hizo en su momento de la guerra civil libia o la que está haciendo ahora de la guerra civil en Siria nos dan la medida de la calidad de sus contenidos informativos, pues independientemente de lo que pensáramos de Gadafi o pensemos Al Assad y sus gobiernos, lo cierto es que estas informaciones, por llamarlas de alguna manera, se ajustan como un guante a los patrones de la propaganda de guerra.

Que lo que venga sea peor, no quiere decir que lo que alguna vez tuvimos fuera bueno.

Colectivo Audiovisual Tres y Un Perro

6 comentarios:

  1. "Que lo que venga sea peor, no quiere decir que lo que alguna vez tuvimos fuera bueno."
    Qué gran verdad. De hecho los "informativos" de TVE eran pura propaganda de la OTAN para sus bombardeos y de los terroristas islámicos mostrados como valientes liberadores.
    Lo que viene puede que sea algo peor, ya difícil, pero tal vez sea menos hipócrita, y esto se agradece.
    Vuestro excelente documental, Cuarto Poder, muestra claramente la manipulación de los españoles, no importa la edad y el sexo, que han provocado los medios de comunicación.
    Cuando he enseñado el documental alguno se ha sentido molesto. Duele ver que te han lavado el cerebro, eso se suponía que solo ocurría en korea, pero vemos que aquí en realidad a veces es bastante mayor. Ese racismo y mirar por encima del hombro a otras naciones y culturas es mejor que lo dejemos de lado, y nos miremos más a nosotros en el espejo.

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    1. Hola, Mikel:

      Gracias por tu comentario.

      Sí, sentirse engañado y maltratado es un sentimiento muy molesto que, a menudo, cuesta aceptar.

      Carlos Fdez. Liria explica muy gráficamente hasta qué punto la desinformación impide la comunicación en este video que incluimos en los extras y que seguro que ya has visto: http://vimeo.com/44251168

      Otra cuestión interesante, que no constatamos durante los debates que siguieron a algunas proyecciones, es cómo los mensajes con los que los medios nos bombardean no sólo dan forma a nuestra realidad mediada, sino que también condicionan lo que entendemos que debe ser una información.

      Un saludo

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  2. Hola Elías, sí, he visto los extras, están realmente muy bien.
    Hablando con claridad y sentido común, algo poco habitual ya.
    Es triste decirlo, pero existe muchísima desinformación. Las obras de Pascual Serrano y de David Edwards y David Cromwell, entre otros, nos lo recuerdan.
    Bueno, que decir, que incluso se justifique el brutal ataque exterior que está recibiendo Siria, y que incluso se vea bien, dice claramente que tipo de ciudadanos se han formado.
    Por cierto sobre el tema de Siria por fin se ha colado algo con rigor en un mass media, en The Guardian. La "oposición" fabricada desde el exterior dirigida por las grandes corporaciones, nada nuevo en estos procesos de nuevo colonialismo, pero sí que aparezca en un medio así.
    Pongo el enlace: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2012/jul/12/syrian-opposition-doing-the-talking

    Saludos: Mikel Itulain.
    PS: Hoy por lo menos es el cumpleaños de Mandela
    http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/

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    1. Gracias, Mikel, por el artículo. Muy intresante.

      Un saludo.

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  3. Me parece admirable la labor que estáis haciendo. Vuestro documental "Cuarto Poder" me parece un magnífico trabajo.
    El proyecto que comentáis en la web: "Europa: Año Cero", me parece aún más interesante. Como economista, sufro a diario la manipulación a la que nos someten los medios. Mi conclusión sobre esta crisis es que, más que una crisis, podría ser una estafa. Pero es normal que sea así. La destrucción de riqueza (o, mejor dicho, el cambio de manos) ha ascendido a más de 700.000 millones de euros sólo en España. Con el 1% de ese dinero pueden comprarse todos los medios del país (Prisa vale ahora 191 millones, Vocento 148, Telecinco 1.615, Antena3 650,...) y con mucho menos puede comprarse a los principales políticos. La puesta en escena ha sido impecable, eso sí. Los periodistas y tertulianos que salen en los medios parecen niños de parvulario, comparados con los que deben estar dirigiendo la trama.
    Hay que tener en cuenta que todo ese dinero ahora está en manos de los que controlan esto, y se reinvertirá en la siguiente manipulación, que probablemente será aún mayor, más lucrativa para ellos y más ruinosa para nosotros. Aunque no lo sepamos aún, la batalla entre mercados y gobiernos ha sido ganada de forma aplastante (y puede que definitiva) por los primeros. Esto podría parecer una pequeñez, porque tanto los gobiernos como los mercados son controlados por las mismas manos que controlan los medios. La diferencia es que el mercado impone una velocidad mucho mayor a la toma de decisiones. Llevamos dos siglos viendo como la Historia se acelera, y ahora va a volverse aún más rápida.
    Vuestro trabajo es una buena demostración de que aún existen mentes críticas. ¡Ánimo!, seguid así.

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    1. Hola, Juan:
      Muchas gracias por tu comentario y los ánimos; y disculpa el retraso en responderte, los calores del estío han podido con nosotros.
      Como bien comentas la cobertura informativa de la crisis es para echarse a llorar. En definitiva, el único objetivo es que aceptemos las medidas "de austerirdad" como única alternativa.
      Es decir, que el gran robo del siglo se entienda como un sacrificio para volver a "crecer", "crear riqueza" y "empleo". Es, como bien lo defnies, una gran estafa, pero el problema es que no sólo la crisis ha sido una gran estafa, también el supuesto periodo de prosperidad y boom lo fue. Mileurismo, precariedad y especulación fueron los grandes pilares del "milagro español".
      A nuestro juicio, una de las cosas más interesantes de la forma en la que se está narrando la crisis es el predominio de la idea de que ésta es algo excepcional. Algo causado por un funcinamiento defectuoso - quizás unas prácticas o una regulación errónea - dentro de un mecanismo que, en realidad, funciona perfectamente. Es decir, la idea de que una vez que hayamos aplicado las medidas de austeridad que nos sacarán de la crisis, ésta jamás se volverá a repetir y retomaremos la senda del crecimiento indefinido, la riqueza, el respeto a los derechos humanos, etc que son la marca de identidad del sistema capitalista en su actual fase de desarrollo o, quizás, de involución...
      Un saludo.

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